Durante décadas
nos han dicho que hay que protegerse del sol. Que el sol “daña la piel”, que hay que evitarlo a toda costa, que hay que cubrirse, esconderse, bloquearlo.
Y sí: las quemaduras solares, la exposición excesiva y el daño acumulado pueden ser peligrosos.
Pero evitar el sol por completo… también lo es.
La ciencia lo deja claro: el sol no solo ilumina el día. También activa funciones clave en tu cuerpo. La más famosa: la producción de vitamina D.
🔆 La vitamina que tu cuerpo fabrica con luz
La vitamina D es una de las pocas vitaminas que tu cuerpo puede producir por sí solo, si recibe suficiente radiación UVB (Wacker & Holick, 2013; Chopra et al., 2019).
El problema es que hoy en día, la mayoría de las personas no recibe suficiente exposición solar para activar este mecanismo natural.
No necesitas alimentos enriquecidos para obtenerla. Solo necesitas unos minutos al sol. Y sin bloqueador total, al menos durante la primera exposición breve del día.
¿El problema? Nuestra cultura ha convertido al sol en enemigo. Y hoy, la deficiencia de vitamina D es una de las más comunes del mundo, especialmente en personas que viven en ciudades, trabajan en interiores o se protegen excesivamente de la luz solar (Hawk, 2020).
⚠️ ¿Y si evitar el sol también enferma?
La baja exposición solar y la deficiencia de vitamina D se han relacionado con un aumento en el riesgo de:
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Ciertos tipos de cáncer (Wacker & Holick, 2013)
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Diabetes tipo 2 (Chopra et al., 2019)
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Enfermedades cardiovasculares y síndrome metabólico (Hawk, 2020)
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Demencia y trastornos del neurodesarrollo (Hart & Gorman, 2013)
Incluso durante la pandemia de COVID-19, diversos estudios sugirieron que niveles adecuados de vitamina D podrían haber reducido la severidad de los síntomas e incluso la mortalidad, aunque sin poder establecer una cifra precisa (Wacker & Holick, 2013).
🧠 El sol no solo activa tu cuerpo. También puede protegerte.
La idea de que el sol causa cáncer ha sido malinterpretada.
Sí, la exposición solar excesiva, especialmente si provoca quemaduras, puede aumentar el riesgo de cáncer de piel. Pero una exposición moderada, frecuente y sin quemaduras puede tener un efecto protector (Hawk, 2020).
Un estudio en personal de la Marina de EE.UU. encontró que quienes recibían exposición continua al sol tenían menor incidencia de melanoma que aquellos con exposición esporádica e intensa (Garland et al., 1990).
↺ ¿Y entonces qué hago?
No se trata de tomar el sol como si fuera una competencia.
Se trata de volver a tener una relación consciente con la luz solar.
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Exponte al sol 10–20 minutos al día, sin bloqueador, en horarios seguros (antes de las 10am o después de las 4pm).
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Deja al descubierto zonas como antebrazos, piernas o torso.
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Después de ese periodo, usa bloqueador o ropa si vas a exponerte por más tiempo.
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Y si tu estilo de vida no te permite recibir suficiente sol, considera complementar con vitamina D3+K2. Esto puede ser especialmente importante si pasas la mayor parte del día en interiores o vives en latitudes con poca radiación UVB.
🌿 En resumen
El sol no es tu enemigo. Es un regulador biológico.
Te activa. Te fortalece. Te conecta con ritmos que tu cuerpo aún recuerda.
Y cuando lo usas con respeto —sin miedo, sin exceso—, puede ser uno de los biohacks más poderosos y subestimados que existen.
Hasta la próxima,
– El equipo de Dumo Labs
Science Backed Performance
📚 Referencias:
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Chopra, A., Puri, S., & Kumar, D. (2019). Vitamin D and its effects on health. Journal of the Association of Physicians of India.
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Garland, C. F., et al. (1990). Sunscreen use and malignant melanoma. The Lancet, 336(8711), 1097.
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Hart, P. H., & Gorman, S. (2013). Exposure to UV radiation and risk of autoimmune disease and infection. Frontiers in Physiology, 4, 168.
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Hawk, J. L. M. (2020). Benefits and risks of UV radiation in children and adolescents. Progress in Biophysics and Molecular Biology, 154, 47–52.
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Wacker, M., & Holick, M. F. (2013). Sunlight and Vitamin D: A global perspective for health. Dermato-Endocrinology, 5(1), 51–108.